viernes, 23 de enero de 2009

En la mitología griega, los dioses olímpicos eran los principales dioses del panteón griego, que moraban en la cima del monte Olimpo, el más alto de Grecia. Hubo, en diferentes épocas, catorce dioses diferentes reconocidos como olímpicos, aunque nunca más de doce a la vez. De ahí que a veces se haga referencia a ellos como los doce olímpicos.Los ayudantes de los dioses olímpicos, detalle de un bajorrelieve, sarcófago griego, c. 240 a. C. (Museo del Louvre)Zeus, Hera, Poseidón, Ares, Hermes, Hefesto, Afrodita, Atenea, Apolo y Artemisa son siempre considerados dioses olímpicos. Hestia, Deméter, Dioniso y Hades son los dioses variables que completaban la docena. Perséfone pasaba seis meses al año en el inframundo (provocando así el invierno) y se le permitía volver al Olimpo los otros seis meses para poder estar con su madre, Deméter. Y, aunque Hades siempre fue uno de los principales dioses griegos, su morada en el mundo subterráneo de los muertos hacía su relación con los olímpicos más delicada.Los olímpicos ganaron su supremacía en el mundo de los dioses gracias a que Zeus llevó a sus hermanos a la victoria en la guerra contra los Titanes. Zeus, Poseidón, Deméter, Hestia, Hades y Hera eran hermanos, y esta última era también la esposa de Zeus. Todos los demás olímpicos son normalmente considerados hijos de Zeus: Ares y Hefesto con Hera, Artemisa y Apolo con Leto, Afrodita con Dione, Hermes con Maia, Dioniso con la mortal Sémele y Atenea con Metis, aunque a veces se considera que esta última nació sólo de Zeus y, como venganza, Hera engendró sola a Hefesto. Cuando Afrodita no es incluida entre los olímpicos, se considera que nació de la espuma provocada en el mar (el dios Ponto) por la sangre que derramó Crono al castrar a Urano, su padre.

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